¿Es cierto que el nivel de lectura de los estudiantes escolares es peor que antes de la pandemia?
Hay consenso técnico que estos últimos años impactaron en los alumnos. La disminución de la comprensión de lectura trae consecuencias transversales para el aprendizaje general de todas las asignaturas.
El cierre de los colegios durante un período extenso a causa de la pandemia significó un cambio sustancial en la enseñanza, que desde los primeros hasta los últimos niveles se tuvo que realizar de manera remota. Por eso nuestro Perro de Caza, de Watchdog PAUTA, esta vez averiguó de qué manera se afectó la habilidad de lectura de los estudiantes escolares en Chile.
El impacto de la pandemia en el aprendizaje
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Monitoreo Educacional en Pandemia la gran mayoría de los directores cree que, a nivel general, los niveles de lectura y lenguaje de los estudiantes están peores que en el año 2019.
Cuando se pone el foco a nivel de ciclo, los principales problemas se detectan al inicio de la básica. El sondeo que realiza el Ministerio de Educación en conjunto con el CIAE de la Universidad de Chile y las escuelas de Gobierno y Sociología de la UC muestra que el 81% de los directores percibe que el ciclo específico con mayor retraso respecto de hace tres años es entre primero y cuarto básico.
Aunque no existen datos duros, sino encuestas de percepción, Carmen Sotomayor, directora(s) del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, plantea que “hay muchos profesores que están advirtiendo que los niños están con dificultades de lectura, porque en el fondo estuvieron dos años sin ser enseñada la lectura inicial”. Esto, agrega, sin que exista una prueba comparable que pueda asegurar esto.
Sotomayor agrega que se están viendo dificultades no solo para leer, sino que también para decodificar, lo que implica asociar los sonidos con las letras, junto con el proceso de comprensión.
Un informe realizado por la Cepal y Unesco sobre la educación en tiempos de pandemia, revela que si bien no se puede determinar con certeza el impacto que tendrá la crisis en la implementación curricular, sí se prevé una profundización de las diferencias de los logros de aprendizaje debido a desigualdades educativas en el acceso a la cobertura curricular
Pelusa Orellana, académica de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes y directora e investigadora del proyecto Día+, explica que todavía no se cuenta con los datos para realizar la comparación. Sin embargo, adelanta que “sí tenemos algunos indicios de que las habilidades se vieron afectadas por la suspensión de clases”.
Menciona que algunas de las competencias que fueron impactadas por la contingencia sanitaria son que los estudiantes de segundo y tercero básico no conocen todo el abecedario, no pueden escribir su nombre y no pueden identificar palabras de uso frecuente, lo que se traduce en un nivel lector muy bajo.
El Diagnóstico Integral de Aprendizaje es una herramienta puesta a disposición de todos los establecimientos educacionales del país por la Agencia de Calidad de la Educación. A través de ella, los profesores y directores pueden obtener resultados inmediatos sobre el aprendizaje de sus alumnos. Esta herramienta mostró que en 2021 “los resultados de aprendizaje en Lectura son bajos, especialmente a partir de 6° básico”. Además, señaló que existen mayores brechas entre estudiantes de alta y baja vulnerabilidad, a partir precisamente de 6° básico.
“Parece ser que el nivel de lectura ha bajado, con especial énfasis en los estudiantes más vulnerables. Si bien el DIA ayuda a comprobar esta hipótesis, sólo la realización del SIMCE nos permitirá asegurar de forma más exacta cuanto ha bajado el nivel”, plantea Francisco Alessandri, investigador de Acción Educar.
Durante el período más agudo de la pandemia, en el que no hubo clases presenciales, el Ministerio de Educación trabajó en la priorización curricular, para tratar de mitigar los efectos del encierro en el aprendizaje de los estudiantes.
El extitular de la cartera y actual director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello, Raúl Figueroa, señaló que “la interrupción del proceso pedagógico en términos presenciales en el ámbito escolar genera impactos fuertes en los aprendizajes”, por lo que la presencialidad se debía recuperar con la mayor velocidad posible.
Durante el periodo más restrictivo de la pandemia, un grupo de profesionales y estudiantes universitarios se reunieron para ayudar en el proceso de lectoescritura de los niños en Chile y crearon la Fundación Letra Libre.
Macarena Jorquera, profesora de Educación Básica y parte del equipo académico de esta fundación, menciona que se ha afectado el aprendizaje de los estudiantes en todas las asignaturas. Sin embargo, en el caso de la lectura, asegura que el panorama es complejo y variado. “Los estudiantes que están en primero básico no tuvieron acceso a la educación inicial y es ahí donde se desarrollan habilidades que son base para el aprendizaje de la lectoescritura como, por ejemplo, la conciencia fonológica y el conocimiento del impreso. Todo eso hoy se ha tenido que trabajar fuertemente en primero básico, lo que significa que el proceso de aprendizaje está siendo mucho más lento”, asegura Jorquera.
Agrega que en el caso de los alumnos de segundo y tercero básico, que aprendieron a leer en formato online, se da cuenta de una lectura silábica. En el caso de niveles superiores, Jorquera dice que se vieron afectadas las habilidades de fluidez y comprensión.
Nivel de lectura en Chile
El estudio de educación y competencias elaborado por la OCDE en 2018 señaló que el nivel de comprensión lectora, matemáticas y ciencias de los chilenos de 15 años se encuentra entre los más bajos del grupo de países que conforman esta organización. Además, reveló que solo el 1,6% de los adultos alcanza los niveles más elevados de competencia en comprensión lectora, en comparación con el 10,6% de promedio que tiene el organismo.
Orellana dice que los estudiantes chilenos se caracterizan por tener buenos niveles de comprensión literal y pueden localizar información en un texto, pero muy pocos son capaces de inferir, deducir o leer con una mirada más crítica y evaluativa.
Dentro de las razones que explican este fenómeno se encuentran lo motivacional, pedagógico (la lectura obligada y evaluada) y el volumen lector, ya que la cantidad de minutos diarios que se le dedica es acotado, lo que incide en la habilidad lectora.
Además, Orellana afirma que la proveniencia socioeconómica también es un factor. “La mayor parte de los estudiantes de colegios subvencionados o municipalidades tienen una comprensión más baja que una parte de los colegios pagados”.
Respecto de este último punto, el informe Covid-19 sobre educación en tiempos de pandemia, elaborado por la Cepal en colaboración con la Unesco, advirtió que la digitalización de la enseñanza profundiza la brecha educativa. En Chile, el 86% de los estudiantes del cuarto cuartil cuenta con un computador portátil, mientras que en el primer cuartil el porcentaje baja a apenas el 53%.
Esta diferencia de aprendizajes según grupo socioeconómico se explica, en parte, porque no está bien estabilizado el aprendizaje inicial, explica Sotomayor. “Creo que hay algo ahí que los niños más pobres no logran adquirir bien estos aprendizajes y luego, cuando llega la prueba en cuarto básico, no comprenden bien lo que leen”, complementa.
Por otra parte, las consecuencias que trae este bajo nivel de lectoescritura tienen que ver con la lectura como una habilidad transversal. “La mala comprensión lectora hace que no aprendamos bien, pues se necesita leer y comprender lo que se lee para poder aprender, pero también en la vida general. Alguien que no comprende las instrucciones de una receta no la va a poder preparar bien”, ahonda Orellana.
Para Jorquera, un efecto negativo para los estudiantes con bajo nivel de comprensión lectora se encuentra en que “si no están comprendiendo lo que leen en cosas cotidianas van a tener dificultades, porque, por ejemplo, no van a poder comprender las instrucciones en una guía de trabajo o en su texto escolar”. Jorquera remarca que aunque los alumnos sepan y manejen el contenido, si no comprenden lo que se les está pidiendo hacer, no podrán resolverlo de la manera esperada.
Es indispensable, para mejorar la situación, incentivar el nivel de lectura de los estudiantes. Sotomayor dice que se recomienda leerles a los niños en voz alta y luego preguntarles o conversar sobre lo que entendieron, para que así el niño pueda familiarizarse con la lectura y tenga una mejor comprensión.
Jorquera agrega que es importante siempre leer de acuerdo con los intereses de los niños, y que ellos decidan cuáles son las temáticas que más les gustan y, de ellas, buscar textos para que puedan leer.
Otra recomendación es dedicar a la lectura un tiempo continuo de al menos media hora al día y crear espacios para conversar sobre libros, comenta Orellana. Además, dice que “el gusto por la lectura se genera cuando uno encuentra pares que disfrutan la lectura como uno”.
Asimismo, Alessandri remarca que no existen soluciones universales que den respuesta a todos los niños o colegios. “El principal consejo es acercarse a los estudiantes e incentivar la lectura considerando sus intereses y habilidades. Para esto, hay que dar autonomía a los colegios para que puedan realizar los mejores planes de estudio de acuerdo a su realidad”.
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