¿Hay riesgo de volver a las mascarillas en las próximas semanas?
Desde el fin de la obligatoriedad de uso, a inicios de octubre, el número de casos y la tasa de positividad han aumentado. Pero hasta ahora, las opiniones médicas están divididas, aunque hay conciencia de que un rebrote fuerte podría obligar a retomar los cubrebocas.
En Chile han aumentado los casos de contagio por Covid-19 luego de que se flexibilizara el uso de mascarillas a inicios de octubre. El último reporte entregado por el Ministerio de Salud (Minsal) el miércoles 26 de octubre informó de 6.324 casos nuevos, con una positividad de 15,81% a nivel nacional. Con esto, se tiene una variación positiva de 20% de casos en apenas una semana.
Asimismo, no se veía un nivel de positividad tan alto desde el invierno, cuando el 30 de junio se registró 16,07%. Si se consideran las cifras de todos los virus respiratorios durante las últimas cuatro semanas, los casos aumentaron 82%. Por eso nuestro Contestadog, de Watchdog Pauta, salió a investigar para responder si con el aumento de casos existe el riesgo de volver a usar mascarillas de manera obligatoria dentro de las próximas semanas.
Según la infectóloga de la Red de Salud UC Christus, Marcela Potin, todavía no existe un riesgo real de volver al uso de los cubrebocas. “Sí sería recomendable para grupos de riesgo en ambientes cerrados, pero no generalizado para toda la población. No es necesario”, agrega la especialista.
El exministro de Salud, Jaime Mañalich, discrepa y comenta que el uso debiese ser obligatorio debido al rápido aumento de casos, el agotamiento de la inmunidad y la aparición de nuevas variantes de ómicron. “Creo recomendable hacer conciencia sobre lo conveniente de usar mascarillas en el transporte público y en personas que tienen contacto con mucha gente todos los días, como cajeros de supermercado, trabajadores de restaurantes, carabineros, entre otros”, añade.
El pasado 1 de octubre se dejó de usar mascarilla obligatoriamente en espacios cerrados en todo el país, con excepción de quienes acuden a recintos asistenciales de salud. Cuando se anunció la medida, las autoridades del Minsal, declararon que se buscaba “avanzar con responsabilidad en mayores libertades con un manejo de la pandemia de manera proporcional al riesgo actual”.
Sin embargo, también se recalcó que el uso sigue siendo recomendable en todo lugar donde exista aglomeración de personas, así como también el transporte público, o en lugares donde haya personas más propensas a enfermarse gravemente, como adultos mayores o aquellos con enfermedades crónicas.
El infectólogo de la Clínica Alemana, Sebastián Solar menciona que el uso debiese recomendarse a las personas si es que ello les da una sensación personal de mayor protección. “Si bien está liberado su uso, algunas personas pueden sentirse más cómodas usando las mascarillas, lo cual es respetable, en especial en lugares con una alta concurrencia, como el transporte público o espacios poco ventilados”, enfatiza.
Ahora bien, el último informe de Covid-19 publicado por Mauricio Canals, médico de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dice que si todo sigue con este ritmo de transmisión, es posible que al 4 de noviembre tengamos 10.126 casos a nivel nacional, y en la Región Metropolitana alrededor de 4.000. También, explica que nos encontraríamos ante un nuevo brote que se amplificaría por las actividades sociales propias de la época, el no uso de mascarilla y la no exigencia del pase de movilidad.
En este contexto, Potin recalca que “por el momento hay que ir viendo lo que sucede, pero hoy en día es razonable la eliminación de la obligatoriedad en las mascarillas ya que, por ejemplo, hay evidencia de que en los colegios no estaban cumpliendo su labor”. Además, añade que dado el índice de vacunación en el país, la medida se tomó en el momento justo.
Por otro lado, varios países han retrocedido en la medida de eliminar la obligatoriedad a las pocas semanas de haberse anunciado. Un ejemplo se dio en Filadelfia, Estados Unidos, donde se volvió a imponer su uso en abril en espacios cerrados para intentar frenar los contagio, luego de la flexibilización previa. Y otro ocurrió en Austria, país donde en marzo volvió a introducirse su uso en interiores apenas dos semanas después de que se eliminara su obligatoriedad, precisamente por el número de nuevos casos.