¿Qué leemos los chilenos y cuánto realmente entendemos?
La novela sigue siendo la preferida, aunque los libros de autoayuda, sicología personal y finanzas personales han ganado terreno. En la industria destacan que una característica de este mercado es la segmentación de intereses según edades. El grave déficit de comprensión lectora sigue siendo uno de los principales frenos para masificar este positivo hábito.
El Día Internacional del Libro se conmemora todos los 23 de abril y su objetivo es el fomento de la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La celebración es promovida internacionalmente por la Unesco, entidad que opera bajo el alero de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y en cada país se suelen realizar actividades para llegar con los libros al mayor número de personas posibles. Por esta razón, nuestro Contestadog, de Watchdog Pauta, salió a investigar en librerías para averiguar qué están leyendo los chilenos actualmente.
No existe una estadística agregada a nivel nacional de cuáles son los libros más leídos por los chilenos. Por lo mismo, si se quiere saber cuáles son sus elecciones, el trabajo debe hacerse preguntando en cada librería. Nuestro perro fue a varias, todas ellas representativas del público general.
Desde la Cámara Chilena del Libro -gremio que agrupa a empresas desarrolladores, importadoras y comercializadoras de libros- mencionan que el género narrativo sigue siendo el preferido por la mayoría de los lectores locales. Y en ella, la reina es la novela. Sin embargo, los títulos de autoayuda y superación personal han comenzado a ganar un lugar importante en las ventas, mientras que los de literatura infantil han tenido un crecimiento sostenido en los últimos 10 años.
Una visión similar tiene Daniela Breguel, la gerenta comercial de Buscalibre, el sitio de comercio electrónico más grande de Iberoamérica en venta de libros. La ejecutiva ratifica que en el último tiempo -y especialmente después de la pandemia- el género de autoayuda ha crecido mucho. “Es una tendencia que suele verse cuando hay problemas en el país, ya que mientras más mal está la situación, las personas más recurren a estas temáticas en los libros”, comenta.
Dentro de esa temática, el más vendido en la plataforma corresponde a “El poder de quererte” de la psicóloga chilena María Paz Blanco, que ya está en su novena edición y que habla sobre la importancia del amor propio. Otro que destaca es “Hábitos Atómicos” de James Clear, libro que trata sobre cómo llevar buenos hábitos pueden ayudarnos a vivir mejor.
Las finanzas personales también han comenzado a ganar espacio. Títulos como “Padre rico, padre pobre”, de Robert T. Kiyosaki, que habla sobre el camino al éxito financiero, o también, “Con peras y finanzas”, de Francisco Ackermann, que enseña sobre hábitos, ahorro e inversión de dinero, están entre los preferidos por los clientes.
Sin embargo, todas estas temáticas emergentes siguen muy por debajo de las novelas. Y sobre ellas, el Informe de Hábitos y Percepciones Lectoras en Chile de 2022 realizado por Ipsos establece que los temas que generan mayor interés entre quienes leen libros son la ciencia ficción y la fantasía (41%), la historia (41%), la salud (39%), la cocina (38%), el romance (37%) y el misterio, suspenso y horror (33%).
Un aspecto interesante es que, según la edad del lector, cambia también la temática de interés. Por ejemplo, en ciencia ficción y tecnología predomina el grupo etario de 25 a 40 años, con el 34% de las preferencias; mientras que en historia los grupos entre 25 a 40 y de 41 a 55 años la prefieren de manera similar, con 33% y 29% respectivamente.
Otro ejemplo son los libros de videojuegos y feminismo. La primera temática tiene apenas 15% de menciones, pero el 74% de sus aficionados son hombres. La segunda escala solo al 10%, pero el 90% de quienes la mencionan son mujeres.
El research analyst de Ipsos, Vicente Davanzo, dice que la segmentación de temáticas es algo muy presente en la industria. “Por ejemplo, la crianza es preferida en un 54% por personas entre 25 a 40 años, lo que calza con la etapa en que se comienza a tener hijos”, agrega.
Problemas de comprensión lectora en los chilenos
¿Cuánto leemos los chilenos? Este estudio de Ipsos, aplicado a una muestra de 1.791 personas de entre 13 a 75 años, preguntó si las personas leían al menos 15 minutos diarios libros, periódicos, revistas, cómics u otros materiales de lectura, ya sea en formato físico o digital. El 76% respondió que al menos lo hacía dos a tres veces a la semana (sumando las respuestas de todos los días, casi todos los días y dos o tres veces a la semana).
La pregunta siguiente es si entendemos lo que leemos. Y aquí los resultados son menos auspiciosos. Según el informe de la OCDE “Education at a Glance 2018”, el 1% de los chilenos adultos que tiene educación media completa entiende lo que lee, frente al 7% promedio de la OCDE.
Cuando se segmenta entre los profesionales más preparados, la comparación también es desfavorable: el 5% de los adultos con educación superior tiene un alto nivel comprensión lectora, mientras que el promedio en los países es de 21%.
Las principales causas de esto tienen que ver con el nivel educacional de las familias de origen y los hábitos de lectura que se desarrollaron en la infancia. Entonces, según los expertos, se debe considerar que la lectura genera beneficios que acompañan el ciclo vital de la persona en los niveles emocionales, sociales y lingüísticos, y que es una actividad que, si es practicada desde la primera infancia, se tendrán efectos que serán palpables en la juventud y en la adultez.
La académica de la Facultad de Educación e investigadora del Centro de Investigación e Innovación en Lectura de la Universidad de los Andes, Carolina Melo, menciona que hay una falta de cultura lectora en el país. “El principal problema respecto de la lectura es la comprensión lectora. Porque si no se comprende lo que se lee no se puede aprovechar la lectura como mecanismo de aprendizaje, participación en la sociedad o disfrute… se transforma en una barrera”, sostiene.
El informe de Ipsos sobre hábitos y percepciones lectoras en Chile revela que el 28% dice leer todos los días algún material por gusto o placer. Pero este porcentaje aumenta al 50% entre quienes declaran que su padre les leía todos los días, y a 54% en quienes dicen que les leía su madre.
La académica de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica, Maili Ow, dice que la lectura es una práctica social que requiere de tener modelos lectores de generaciones anteriores. “Si las nuevas generaciones no observan que la lectura es una práctica deseable y habitual, probablemente van a tender a replicarla y desarrollarla menos”, asevera.
La académica e investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación (Ciae) de la Universidad de Chile, Macarena Silva, plantea que, en general, la principal recomendación para fomentar la lectura es la práctica de ella. Pero se debe tener en cuenta que los adultos tratan de no hacer aquellas actividades en las que no son buenos. “Un punto de entrada muy importante para mejorar la habilidad es ofrecer textos que sean de interés, ampliar el repertorio de material para que puedan escoger entre textos diversos con distintos niveles de dificultad”, añade.
Problemas de base de lectura en niños
La lectura es un espacio importante para el desarrollo temprano no solo por el hábito que implica, sino porque quienes están expuestos desde temprana edad a los libros tienden a mostrar un vocabulario superior frente a quienes no lo están, habilidades habladas mejor desarrolladas en cuanto a la construcción de estructuras lingüística y una comprensión del entorno más compleja.
Un estudio financiado por la Agencia Nacional de Investigación (ANID) de la investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, Carolina Melo, reveló que el 96% de los estudiantes de primero básico no conoce las letras del alfabeto, lo que implica que no son capaces de leer los libros indicados para su edad.
Melo menciona que el problema de la comprensión lectora es más complejo de lo que parece. “Para solucionarlo hay que entender por qué el niño o niña no comprende. Las causas pueden ser diversas: puede haber un problema de acceso al código escrito o de fluidez, donde se gasta demasiada energía cognitiva en descifrar el código y no hay posibilidad de pensar mientras se lee; o bien, puede ser un problema de vocabulario o de conocimiento de la estructura textual”, agrega.
En vista de lo anterior, el Ministerio de Educación presentó la Estrategia de Reactivación de la Lectura, que busca identificar las necesidades específicas de estudiantes en los niveles de 2º, 3º y 4º básico, y favorecer el desarrollo y fortalecimiento de la lectura. En esta se incluyen 20 mil tutores para desplegarse por el país apoyando al sistema educativo en el desarrollo de habilidades de lectura, escritura y comunicación; el acompañamiento prioritario a 244 establecimientos educativos que requieren mayor apoyo, con acciones formativas y de asesoría tecnicopedagógica, y actividades que busquen promover la lectura en niños, convocando a estudiantes, comunidades educativas, familias e instituciones de la sociedad civil.
El ministro de Educación, Marco Ávila, afirma que, con esa información, los equipos docentes podrán conocer cuál es el nivel de rezago en la adquisición del código, que es el proceso de aprendizaje en las letras, y el nivel de calidad lectora que está asociado a la fluidez que un estudiante debería demostrar. “Es crucial reactivar la lectoescritura y mejorar la comprensión lectora en estos estudiantes, porque es una habilidad central, fundamental y habilitante para la adquisición del resto de las asignaturas del currículum”, aclara.
Además, con la estrategia también se identificarán las necesidades de apoyo en lectura de estudiantes de segundo a cuarto básico que no han alcanzado el nivel de desarrollo adecuado para su edad, evaluando el logro asociado a tres habilidades curriculares que son claves para la comprensión lectora: conciencia fonológica, decodificación y lectura y fluidez.
Asimismo, en abril se impulsarán iniciativas para incentivar la lectura, como la de los “booktubers”, que la implementan las Bibliotecas Escolares CRA (Centro de Recursos para el Aprendizaje), y que invita a escolares de todos los niveles a enviar vídeos con reseñas de libros que más les gusten, pero relacionados al tema “Leer para compartir y habitar el mundo”. De todos los vídeos que lleguen se destacará a ocho estudiantes por región y el Mineduc difundirá los vídeos en sus redes.
Por otro lado, también se ven iniciativas del mundo privado. Las librerías Contrapunto han apostado en el último tiempo por incentivar la lectura en los niños, por lo que han lanzado álbumes ilustrados, libros informativos y títulos para prelectores, todos con temáticas variadas que van desde clásicos de la literatura hasta temas de mayor actualidad y contingencia.
El gerente comercial de librerías Contrapunto, Ramón Álvarez, dice que la literatura es fundamental para el crecimiento personal, la imaginación, e incluso, para el desarrollo psicomotriz de los niños. “Mientras antes comience la relación con el libro como “objeto”, propiamente tal, mucho mejor será la acogida en la medida en que vayan creciendo, lo que también colaborará en su comprensión lectora”, añade.