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¿Cuáles son los límites legales y éticos de la inteligencia artificial en la música?

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PAUTA
POR Andres Sepúlveda |

El derecho de autor protege las obras del intelecto que poseen características artísticas, por lo que no se puede usar la voz de una persona sin su consentimiento o el de los herederos de sus derechos.

La inteligencia artificial cumplirá un sueño de muchos fans de Los Beatles: escuchar una canción inédita con la voz de John Lennon, asesinado en 1980. Hace algunos días, Paul McCartney, anunció que a fines de este año se publicará la última canción de la banda, gracias a que la inteligencia artificial logró separar la voz del piano desde una grabación casera y de baja calidad realizada por Lennon.

La noticia revivió un extenso debate en la industria de la música, por lo que nuestro Contestadog, de Watchdog Pauta, salió a preguntarle a expertos cuáles son los límites legales y éticos que tiene el uso de la inteligencia artificial en la realización de música.

En cuanto a la dimensión legal, si se revive la voz de una persona muerta con inteligencia artificial, se debe considerar que el derecho de autor protege las obras del intelecto que poseen características artísticas. La voz de una persona no es una creación intelectual, sino que una característica propia e innata de la persona, por lo que se podría considerar un atributo de la personalidad, como lo es la imagen. De esta forma, no se podría usar la voz de una persona sin su consentimiento.

“El derecho de autor es precisamente aquel que está destinado a proteger las potestades de los creadores sobre sus obras, creaciones que provienen de la inteligencia humana, del ingenio, el intelecto y la inventiva de las personas. Si una obra ha sido generada en un 100% por inteligencia artificial, sin más participación humana que la de dar una orden a una máquina, resulta evidente que no logra calificar dentro del factor clave que define al derecho de autor”, explica Juan Antonio Durán, director general de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD).

La miembro de la Asociación Chilena de la Propiedad Intelectual (Achipi) y del estudio de abogados Porzio, Bernardita Torres, menciona que en el caso de las personas fallecidas, la muerte extingue los derechos de la personalidad, pero que la memoria debe ser tutelada por el ordenamiento jurídico. “Fallecido el titular del derecho y extinguida su personalidad civil, nos parece que su familia y herederos pueden invocar derecho a su defensa, como también las instituciones que tienen por fin proyectar su memoria”, añade.

El uso de la inteligencia artificial en la música no solo ha permitido limpiar y rescatar grabaciones antiguas con el consentimiento de las personas que tienen la titularidad del derecho, sino que también lanzar una canción desde cero y sin el permiso de los involucrados. Uno de los casos más emblemáticos corresponde al lanzamiento de la popular canción “Heart on my sleeve”. Hace un tiempo un creador digital utilizó un software de inteligencia artificial entrenado en las voces de los cantantes Drake y The Weeknd para crear la canción, y una vez terminada la subió a Tiktok y YouTube, con lo que logró obtener millones de reproducciones.

Lo anterior enfureció a Universal Music Group (UMG), quienes solicitaron su eliminación debido a posibles violaciones de derecho de autor. La petición no fue algo nuevo, ya que en marzo la empresa envío una carta a diferentes plataformas, entre ellas Apple Music y Spotify, para solicitar que bloqueen los servicios de inteligencia artificial que extraen melodías y letras de sus canciones con derechos de autor.

Pero por otro lado, en ocasiones se han viralizado colaboraciones donde, con inteligencia artificial, se agrega la voz de una persona a una canción ya existente realizada por alguien real, o se reemplaza la voz de alguien por un tercero. En cuanto a esto, el ex director regional de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (Cisac) y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Santiago Schuster, comenta que si se reemplaza la voz de alguien, se trataría de una sustitución tecnológica que no afecta al interprete. “En tal caso debe examinarse la titularidad de los derechos sobre los intérpretes o ejecutantes de ese acompañamiento musical. Esto ha sido usual en la industria de la música, por ejemplo, en las antiguas grabaciones de Nat King Cole, a la que se agregó la voz de su hija Natalie Cole, y que fueron éxitos mundiales, donde el fallecido cantante norteamericano cantaba a dúo con su hija”, plantea Schuster.

Torres añade a lo anterior que sí es necesario contar con la autorización del creador de la canción, y que el derecho dura 70 años posteriores a su fallecimiento, por lo que “la autorización del titular del derecho de autor se debe solicitar tanto si la nueva grabación será o no para fines comerciales”.

Desde el mundo de la música, hay quienes ven el uso de la inteligencia artificial como una oportunidad. Una de ellas es la cantante canadiense Grimes, quien invitó a sus seguidores a usar su voz para la creación de nueva música. Para esto, lanzó la plataforma “Elf Tech”, donde cualquiera puede crear canciones generadas por inteligencia artificial con muestras de su voz, a cambio del 50% de las regalías de la grabación en el caso en que esta se comercialice. Asimismo, la artista Holly Herndon creó Holly+, una página web en la que es posible cargar cualquier audio y descargarlo con su voz, sin importar el idioma y de manera gratuita.

“Toda herramienta bien utilizada puede ser un aporte en la creación musical, incluso cuando su surgimiento pueda haber estado acompañado de cuestionamientos y polémicas. Pasó con los sintetizadores, los samplers, el auto-tune, el rap, la música electrónica, y muchos otros recursos y expresiones que en su momento levantaron una gran polvareda en el mundo de la música”, recuerda Durán.

En este sentido, el exdirector de la Radio Rock & Pop y experto en música, Jorge Lira, reafirma que la inteligencia artificial puede ser una oportunidad. Por ejemplo, menciona que la canción que saldrá de Los Beatles “es una buena forma de usar la inteligencia artificial al reciclar la voz, porque reciclar significa revalorizar, y separar la voz de una pista que está grabada en mala calidad para ponerla en valor con la autorización de todos los que corresponda es perfecto”.

Sin embargo, y pese a destacar el enorme potencial que la inteligencia artificial tiene para músicos y productores, Lira advierte que es fundamental conocer el propósito que se busca. “Cuando un artista hace una canción es porque tiene un propósito; no sé si la inteligencia artificial cumpla con eso”.

Durán agrega que es probable que sea el filtro de la historia el que determine qué valor artístico tienen realmente las piezas creadas con ayuda de la inteligencia artificial. “(Es posible que) varias de las piezas que hoy se están conociendo quedarán pronto reducidas a simple anécdota o a meros ejercicios que no sirvieron para otra cosa que experimentar con las posibilidades de la herramienta en cuestión. Sí, en cambio, sobrevivirán aquellas en que la inteligencia artificial haya sido puesta al servicio de una creación, y en la que este tipo de herramientas haya constituido un medio y no un fin”, reflexiona el director general de la SCD.