Este 23 de noviembre se celebra el Día Mundial del Café Espresso: recomendaciones y hábitos para consumirlo
Las personas que mantienen hábitos regulares de descanso pueden experimentar menos interferencias en su ciclo de sueño cuando consumen café espresso, en comparación con aquellas que sufren trastornos del sueño.
El 23 de noviembre se rinde homenaje a una de las bebidas aromáticas más preferidas en el mundo. Se celebra el Día Mundial del Café Espresso o café exprés.
El café espresso es considerado un tipo de bebestible de alta calidad, debido a la manera en como es elaborado, con un sabor distintivo, intenso y diferente al tradicional, que tiene la capacidad de brindar un impulso de energía.
Día Internacional del café espresso: ¿Por qué se celebra y cuál es su origen?
El café espresso es una bebida originaria de Italia que se prepara en una cafetera expreso, de manera fácil y rápida. Es también conocido con las siguientes denominaciones: café express, café exprés o café espresso.
El café espresso es considerado un tipo de café de alta calidad debido a la manera como es elaborado, con un sabor único, intenso y diferente al café tradicional.
Se debe hervir agua a presión que no exceda de los 90° en una cafetera expreso, colocando café en grano recién molido para dar intensidad al sabor del café.
Se sirve en una taza, preferiblemente de porcelana y no de otro material, formando una crema de color marrón con tonalidad dorada. Se agrega azúcar al gusto y ya está listo para disfrutar de esta exótica y aromatizante bebida caliente.
Este 23 de noviembre se celebra el Día Mundial del Café Espresso: recomendaciones y hábitos para consumirlo.
Recomendaciones para consumir el café espresso de manera que no influya en la calidad del sueño
Mejor por la mañana: en este horario su consumo puede tener un impacto menos significativo en la calidad del sueño, que hacerlo por la tarde o noche. La cafeína tiene un tiempo de vida media de varias horas, lo que significa que su efecto puede prolongarse, interfiriendo así con el sueño.
Considera la cafeína en otras fuentes: Además del café espresso, considera otras fuentes de cafeína en tu dieta, como refrescos, té o chocolate. Sumar estas fuentes puede contribuir a exceder la cantidad recomendada diaria (dos a tres tazas) y afectar el sueño.
Establece una rutina de sueño: Mantén una rutina regular de descanso para ayudar a tu cuerpo. Ir a la cama y levantarse a la misma hora todos los días puede mejorar la calidad del sueño, incluso si consumes café.
Descansa antes de dormir: Dedica tiempo para relajarte antes de ir a la cama. Elige actividades tranquilas, como leer un libro o tomar un baño, para ayudar a tu cuerpo a prepararse para el sueño, independientemente del consumo de café.
Hidratación: Acompaña tu café con suficiente agua. Mantenerse hidratado puede ayudar a contrarrestar los efectos deshidratantes de la cafeína y contribuir a una mejor calidad de sueño.
¿Cómo afecta el café en el sueño?
Sin embargo, su consumo puede plantear preguntas sobre su relación con el descanso por las noches. Es por esto que, en el día internacional de este bebestible en su formato espresso, expertos abordan cómo este incide en la calidad del sueño debido a su contenido de cafeína.
La moderación y la autoconciencia son fundamentales al disfrutar del café para evitar interferencias en la calidad del sueño. Por lo que, comprender los límites individuales frente a la cafeína y estar atentos a las señales que el cuerpo envía es crucial para poder adaptar el consumo de café según las respuestas personales, es clave para garantizar un descanso óptimo, manteniendo un equilibrio entre el placer de disfrutar esta bebida y el cuidado del ciclo de sueño.
“Las personas que mantienen hábitos regulares de descanso pueden experimentar menos interferencias en su ciclo de sueño cuando consumen café espresso, en comparación con aquellas que sufren trastornos del sueño. Aquellas que padecen de insomnio u otros problemas pueden ser más sensibles a los efectos de la cafeína, lo que puede exacerbar sus dificultades para dormir”, comentó María Angélica Silva, neuróloga de Clínica Somno.
“Es importante observar cómo nuestro cuerpo reacciona al café, a partir de ahí debemos ajustar nuestro consumo en consecuencia. Si notamos dificultades para dormir, hay que considerar reducir la cantidad o el momento en el que se bebe”, agregó.
