Carolina de Moras llama a retomar las tradiciones navideñas
En Sintonizados, Carolina de Moras y Nacho Lira reflexionaron sobre las tradiciones navideñas y la importancia de la calidad por sobre la cantidad en las festividades, desde los árboles de Navidad hasta los regalos.
Carolina de Moras comenzó recordando las tradiciones de su infancia y destacó el valor del árbol natural de Navidad. “Para mí la Pascua tiene olor a pino”, comentó, asociando la festividad con los aromas y experiencias propias de las fiestas en Chile. Además, señaló cómo, en el sur, era común tener un pino natural que luego se plantaba en el jardín.
Nacho coincidió en que el olor a pino es parte del espíritu navideño, pero también aprovechó para bromear, aclarando que se referían al pino de árbol y no al “pino de cebolla y huevo” típico de las empanadas.
La conversación derivó hacia cómo la cultura navideña, inspirada en el hemisferio norte, suele ser ajena a la realidad de una Navidad cálida. Carolina opinó que los latinoamericanos deberían adaptar estas tradiciones a su contexto y propuso, entre risas, que el “viejo pascuero” podría usar “guayabera y short” en vez del típico traje invernal.
Además, compartieron recuerdos entrañables de sus padres creando momentos especiales en Navidad. Carolina recordó cómo su padre lanzaba piedras al techo para que ella creyera que el “viejo pascuero” estaba allí. “Eran súper lindas las tradiciones, y al final nos cuesta tanto mantenerlas”, dijo con nostalgia, subrayando el valor emocional de esos momentos.
A medida que profundizaron, la conversación se enfocó en la cantidad excesiva de regalos en la actualidad. “Hoy día uno le regala tanto al cabro chico que entra como en un estado medio adictivo”, afirmó Carolina, reflexionando sobre cómo los padres intentan compensar desde sus propias carencias. Nacho coincidió y destacó que estos gestos pueden llevar a los niños a perder el aprecio por los regalos.
Finalmente, Carolina citó a la psicóloga Pilar Sordo para recordar el verdadero significado de la Navidad. “La Navidad no es la celebración en sí, es un momento de reflexión para plantearse cómo queremos vivir el año nuevo”, concluyó, proponiendo que se valore el tiempo y los recuerdos que se crean con los seres queridos.
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